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Azucena, Ángel, Angelillo y Marco

 In matrona, parto en casa, Testimonios

Una mujer empoderadísima que parió sin sufrimiento. Un parto en el que hubo dolor pero también muuuchas risas.


Parto en casa, Mujeres Sabias

Parto en casa

Han pasado ya 5 meses y es inevitable que no  se me acelere el corazón y se me pongan los pelos de punta cada vez que recuerdo ese 11 de Junio de 2016 cuando nació nuestro segundo hijo Marco. Es cierto que en ocasiones la realidad supera cualquier idea o pronóstico que podamos hacernos, y sin duda, este día Marco superó todos esos momentos en los que durante el embarazo me preguntaba ¿cómo sería?… Simplemente fue INCREÍBLE: LA MEJOR EXPERIENCIA DE MI VIDA. SIN DUDA. Yo que siempre me preguntaba ¿Qué sentirán las mujeres empoderadas? Ese día tuve la respuesta … Una sensación de “endiosamiento” me invadió y me acompañará el resto de mi vida… A esa sensación le llaman EMPODERAMIENTO. Y desde ese momento ya no soy la misma mujer, ni la misma madre, ni tan siquiera la misma pareja. Soy mucho mejor porque ese día conocí a la verdadera Azucena, supe que no tengo límites y que soy capaz de todo lo que me proponga.

Pero  llegar a este punto no fue fácil, ya que, después de un primer parto lleno de intervenciones innecesarias, tenía muy claro que el segundo no sería así… Y aparte de hacer un trabajo personal muy profundo para cerrar ese episodio y poder continuar libre de cargas, la vida me puso en el camino a Gemma, y fue como un flechazo… Empecé a seguirla por Facebook y sabía que si algún día tenía otro hijo ella iba a ser mi matrona. Tenía todo lo que yo buscaba en una matrona: sensible, respetuosa, profesional, coherente… Pero lo que no sabía era que iba a aportarnos tanto a nuestras vidas. Durante el embarazo Gemma puso en mi camino a Sonia, y fue como otro regalo de la vida. Dos matronas, excelentes personas y llenas de respeto y sensibilidad. Durante el embarazo tanto mi pareja como yo realizamos preparación emocional, yoga, así como reuniones para tratar miedos, inseguridades, y temas de pareja (IMPRESCINDIBLES). Y todo este trabajo ha sido fundamental para engranar las piezas al completo en nuestra planificación familiar. Gemma y Sonia se convirtieron en mucho más que mis matronas…

Se iba acercando el momento del parto… Y un mes antes Gemma y Sonia vinieron a visitar nuestra casa: NO PODÍA ESTAR MÁS FÉLIZ ESE DÍA! Mi decisión había sido hacer la dilatación en casa y el expulsivo en el Hospital de Manises. Recuerdo el día que vinieron a casa con especial cariño, porque tenía tantas ganas de que llegara ese día! Que fue un regalazo tenerlas aquí toda la mañana y charlar de todo acerca del parto.

Y llegó el 10 de junio y por la tarde mi pareja y yo íbamos a la que sería nuestra última sesión en pareja en el embarazo, y trataba de los miedos. Nosotros estábamos muy tranquilos, y yo, durante el embarazo aprendía aceptar que las cosas serían como Marco quisiera y no como yo esperara… Por tanto… Estaba preparada para esperar y que Marco me sorprendiera… Y así lo hizo…

Ese viernes nos fuimos al pueblo a pasar el fin de semana, se suponía que me faltaban 10 ó 12 días para salir de cuentas… Pero Marco a la mañana siguiente a las 8,30 de la mañana decidió que ya era el momento y rompí aguas…  Qué sensación de ¿¿YA??!! Así que desde la más absoluta tranquilidad esperamos a que Ángel (nuestro hijo mayor) se despertara, le explicamos que Marco quería nacer ya y nos bajamos a nuestra casa… Cuando llegamos Gemma ya estaba esperándonos. Y yo no podía estar más feliz. Recuerdo ese viaje desde el pueblo hasta nuestra casa escuchando toda la música de yoga en el coche y con una sensación de calma muy especial. En ese viaje pasamos por casa de mi madre, y paramos a verla, tenía muchas ganas de abrazarla y darle un beso. Y mi madre estaba tan emocionada… Fue maravilloso.

Ya en casa yo no tenía casi contracciones… Así que Gemma vió que todo estuviera bien y se marchó, teníamos que esperar a ver que pasaba… y a la media hora de irse empecé a tener contracciones más seguidas hasta que vino una contracción y me tuve que poner de pié: Y en ese momento supe que Marco nacería es tarde. Llamamos a Gemma y en 10 minutos ya estaba en casa… Y yo de 4 centímetros… Marco estaba de camino!! Yo estaba completamente tranquila, relajada, en el baño que con tanto cariño me había ido preparando para este día. Tenía todo lo que a mí me hacía estar agusto: luz mínima, velas, ducha, pelota pilates, música de yoga, un taburete, toallas… Y en un punto de la casa un poco más alejado del comedor para tener la intimidad que yo quería y necesitara. Tanto Gemma como Ángel (mi pareja) eran muy respetuosos conmigo y Ángel estaba absolutamente acertado en todo, era como si me leyera el pensamiento y cada cosa que me decía era justo lo que necesitaba en ese momento…

Así que cuando estuve de unos 6 centímetros decidimos salir hacia el hospital y pese a que el viaje en coche me daba un poco de vértigo, ese día ni me enteré… yo iba con Gemma al lado, y estaba ya en otro planeta… Cada contracción era una ola que saltaba y que me traía a Marco, así que no podía más que sonreir y dejar que Marco hiciera…Recuerdo los últimos minutos en el coche ya mucho más intensos y con la sensación de “no puedo” ya muy latente… Y si algo sabía es que después de esa rendición venía el bebé. Esto Gemma nos lo había dicho y redicho en la preparación emocional muchas veces. Así que… Venía el bebé ya. Y así fue. Una contracción más y Marco sacó la cabeza, y en la siguiente ya el cuerpo… Y se me siguen saltando las lágrimas recordándolo… La sensación más salvaje que jamás experimentaré… cuánta intensidad en tan poco tiempo y cuánta emoción. Esas dos últimas contracciones fueron las dos únicas que tuve en el hospital (el coche lo tuvo que aparcar Gemma porque sino Ángel no veía a Marco nacer… estaba aquí ya!) pero es que yo lo quería así. Lo que recuerdo con muchísimo cariño fueron las palabras de Gemma con sus manos en mis hombros: SÍ PUEDES! AZUCENA SÍ PUEDES! Y claro que pude! Cuando cogí a Marco y le vi la cara fue el mejor regalo que la vida pudo hacerme. Y desde ese momento ya no soy la misma persona… En ese momento nació Marco y renació una madre y una mujer libre de cargas y de miedos y llena de seguridad y confianza.

Las horas siguientes fueron muy íntimas y muy “burbuja”, además esa misma noche pedimos el alta voluntaria y nos vinimos a casa. Yo quería estar en mi casa y mi pareja también. Gemma vino al día siguiente a casa a vernos y en esa semana vino también varias veces, una de ellas con Sonia, que aunque no estuvo en la dilatación sí estaba conmigo en todo momento…

Ni en el mejor de mis sueños hubiera imaginado un parto así. Gracias Gemma y Sonia por darnos tanto y por hacer del mundo un lugar un poquito mejor y con más amor y respeto. Gracias Gemma por todos esos momentos de risas (porque sí, el día del parto hubieron momentos de muchísimas risas), de sostén y de tenderme la mano cuando pensaba que no podía más. Gracias por TANTO.

En nuestra familia siempre tendréis un lugar muy especial para nosotros.

 

Azucena Aguilar Sánchez

22 de noviembre de 2016

 

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