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Esta es la historia de Por qué NO quería “Un Parto en casa”

 In matrona, parto en casa, servicios, Testimonios

Os voy a contar una historia, de esas que cuento a veces.

Esta es la historia de Por que NO quería “Un Parto en casa”.
Por favor leedla ( es larga ) y si os gusta compartir.

El día 17 de enero, vino nuestro bebe al mundo, la lentejita que Mónica ha llevado dentro 9 meses, decidió respirar aire y enseñarnos su sonrisa.

¿Os podéis imaginar no? Ahora mismo no miro el reloj porque no me importa, si no como o ceno no importa, si no duermo no me importa. He inventado el concepto recoge-babas con el culo de una botella de agua ;P.

Pero el camino hasta aquí no hay sido fácil (nada fácil) para mí como padre.
Por eso necesito escribir esto.
Por eso, como en otras ocasiones, me siento delante de un folio en blanco y dejo volar mi torrente de emociones.
Por qué creo, se van a ver reflejadas muchas personas en esta historia.
Por qué sé que estas líneas ayudarán a alguien en algún momento.
Y por qué creo que recorrer este camino, de la forma en que nos ha sucedido a nosotros, es la mejor historia de mi vida.
Mejor que conocer a Mónica, mejor que vivir con ella, mejor que casarnos … mejor que todo lo que me ha pasado hasta ahora. Mejor porque ella forma parte desde todos los ángulos, ella es la heroína (droga o superhéroe).

Esta es una historia de Miedo, de Valentía, de MAGIA, de Confianza y de Amor. Es como Harry Potter solo que me ha pasado a mí en la vida REAL.
Y sí, en mi cabeza es como una peli (lo siento soy de pelis no de libros) : D, pero lo que vais a leer es la realidad PURA, no hay invención, no hay filtros, quiero decirlo tal cual, aunque duela pensarlo y me avergüence expresarlo.
La realidad a veces, algunas veces, es mucho mejor que cualquier sueño inventado que puedas tener.

Advierto que esta historia es el equivalente a 10 páginas. Que me gustaría que la leyeras para que comprendas. Pero que, si no es así, no hay versión corta, ni la habrá nunca, por que esta es la versión corta de 9 meses.

La historia comienza un día, en que nuestra perrita Lula se despertó con ganas de oler a mamá más de normal, se subió a la cama y comenzó a buscar algún olor extraño que al parecer ella percibía, mientras que su hermana, también canina, lo que quería era jugar con una pelota. Ese día mi perrita Lula quizás descubrió que algo había cambiado, que en mamá pasaba algo especial.
Ese día y desde ese día su comportamiento cambió, se sentó junto a Mo, apoyó su cabeza sobre sus muslos e hizo todo lo posible por quedarse así. Fue muy extraño ver el ímpetu que tenía en proteger esa zona, sin malos gestos, solo interfiriendo cualquier movimiento hacia la barriguita de Mo con la cabeza.
Ese día Lula se convirtió en la guardiana protectora de Mamá.

A los pocos días, una semana creo que recordar me contaron la historia más aterradora que me han contado nunca.
Ya había hecho mamá por preparar el camino, (creo, ella nunca lo reconocerá) ya me tuvo en alguna conversación un poco apretada (una bastante), y era un tema que me sacaba cada dos por tres.
Mi respuesta era siempre la misma, que : ” que no lo se “.
Y en realidad no lo sabía, no estaba engañando a nadie, no me sentía para nada preparado. De hecho, me aterraba pensar en todo lo que es iniciar ese camino, me entraban sudores fríos al pensar en todos los cambios que supone tener a un bebe en la vida de una persona, era un sacrificio que, egoístamente, no sé si quería hacer.
Mentalmente siempre he tenido una balanza, y cada vez que evaluaba el tema nunca encontré un lado ganador.

Bueno, ese día, el 6 de mayo, no recuerdo bien que estaba haciendo (mi cabeza explotó, y como toda explosión deja huequete alrededor) vi una cara diferente a la normal en Mo, una cara de preocupación, pero con los ojos brillosos.
Haciendo un magistral movimiento de ilusionismo me enseño una prueba de embarazo con DOS rayitas. ¡PUM!!!! Corazón a mil, ¡PUM!!!! Cabeza a mil, eso es un termómetro ¿?? 😛
Un latigazo de corriente me recorre la espina dorsal, separando cualquier resto pegado a los huesos. Fue una sensación que no se describir ni escribir, pero similar a 10.000 litros de agua cayendo en torrente sobre mí. Noté la gravedad de la tierra, os lo prometo.
En ese momento, me abracé a Mo (en un impulso automático), junto a la ventana, con lágrimas ambos y con una cara de… no sé muy bien. Nos miramos y bueno… “estará mal” (era de Amazon creo recordar, de esos de 100 test por 2€) y le dije mira … voy a la farmacia y compro un test de verdad y ya está.

Tras tragar saliva fuertemente fui haciendo camino a la farmacia pesando… era un test de los “baratos”, ahora compro uno de los “buenos” y ya está (que tonto…).
Compré 2 por si acaso (así soy yo), 2 “buenos” no pueden fallar … y obviamente si estamos aquí es por qué exacto, no fallaron.

A partir de ese momento mi cuerpo hizo CRASH!, el miedo entró dentro hasta la última célula, he tenido pesadillas, he dudado de mi hasta el fin, mi vista … ¿sabéis eso cuando estas resfriado que parece que ves como si fuera un túnel?, pues eso.

Pero también hubo una parte de mi cabeza (el pequeño Zyon* de Jose, si no sabéis lo que es buscadlo en google, Zyon película Matrix ) que se puso en marcha fuerte, y decidido. “No Hay miedo, por qué ya está hecho, y como todo lo hecho se mantiene hasta el fin”.

Poco a poco, con días, semanas, esa sensación fue menguando que, no desapareciendo, pero iba aceptando lo que tenía que pasar.
También la cara de Mo sonriente, los ojos con un brillo especial, mis perritas haciendo su trabajo, pues te van ablandando el corazón.

Esto da para escribir un libro de esas sensaciones y de lo que va sucediendo durante ese proceso, pero me lo voy a saltar, como dije antes soy de pelis.

Cuando empiezas este camino (y eres hombre) es pffff NO TENGO NI IDEA DE NADA, por lo menos en mi caso, pero bueno Mónica sabrá.

Y Mónica, haciendo su camino compró toooooooodos los libros existentes sobre bebes, partos, lactancia …. (mi perfil de Amazon desde entonces no es el mismo, donde antes había… mis cosas, ahora solo salen cosas de bebes y libros ¡¡ LIBROS ¡! ).
El proceso muchos ya lo sabéis, otros lo descubriréis, pero la primera visita a la ginecóloga (hablaré de ella), fue brutal. Porqué es la visita que nos confirma y nos muestra una lentejita, dentro de mamá.
Por un lado, alegría (incomprensiblemente en mi tenia alegría por aquello) pero al salir de allí de camino al coche iba sin oír el ruido de la calle, estaba como drogado. No atendía a estímulos exteriores, fui al coche en modo automático.
Con Pánico, mucho, pero a la vez alegre.

Va pasando el tiempo, y Mónica empieza a investigar para hacer la elección de DONDE dar a luz.
(mi cabeza) Es fácil “Pues en el hospital no?” en que estamos pensando? , no nacen allí los niños?, ahhhh vale, vale que vamos a elegir hospital, por eso de elegir la habitación, que esté guay, que tenga tele, que si puede ser estemos solos… Bueno mírala que entretenida buscando en foros, google la nombró buscadora del mes.

De repente aparece una asociación en nuestras vidas “El Parto es Nuestro”. Resulta que dan charlas informativas, un poco lejos de donde vivimos, pero aceptable para echar la tarde. Mónica me propone ir y, por qué no, mamás hablando de cosas de mamás y bebes…. No es mi ilusión, pero no puede ir sola.

Llegamos al lugar, empieza a llegar gente (resulta que mamás y papás :O) y empieza el espectáculo.
“hesidoengañado”, la charla (la asociación en si) es de mamas/papas que ya han pasado por el nacimiento, van allí y cuentan a futuras mamas/papas su experiencia, así, a pelo, sin filtro, en directo “TOMAYA!”. Te van contando que tal en este hospital , que idea llevaban de parto … que paso al final …”
Pfffff se escuchó de todo (dicen que fue una buena charla, todo cosas buenas ), desde gente súper contenta con una cesárea a gente con la que no tuvieron el más mínimo respeto.
Así que, sin darme cuenta, estábamos metidos en una vorágine de información narrada, inundando la sala, con caras sonrientes, caras de preocupación y algún ojo lagrimoso.

Después de escucharlos a todos, estar unas 3 horas, absorbiendo, NO PUDE CASI LLEGAR AL COCHE. Salí de la reunión con un ataque de ansiedad brutal. Las personas trataban con normalidad términos como: “Hamilton”, episiotomía, oxytocina, epidural…. en fin, SOY un ignorante, no tengo ni idea de nada de esto, pero 0 eh nada de nada, están hablando en un idioma que no entiendo, y Mónica me mete en cada “fregao” que la leche.

Pero es cierto que esa OSTIA (doble guantazo en cada carrillo de la cara) causó dos efectos, el primero e inmediato “CAGARME de miedo”, como dije antes no tenía claro el tema bebe en mi vida, pero esta sensación me metió la duda hasta el centro del miedo. Estaba realmente muerto de miedo. Mi primera sensación fue: ” Que encima de aguantarme a mí con mi miedos , tengo que estar pendiente de lo que le hagan a Mónica. Que tengo que “pelearme – proteger” una decisión que toma la mamá, como que quiera que no lo hagan un tacto si no es necesario, o que no sea una exposición pública? ¿QUE ME TENGO QUE PELEAR CON UN MEDICO? PERO ESTAMOS LOCOS!!? Como yo, ignorante, voy a decirle a un médico como tiene que hacer su trabajo?
PERO ESTAMOS LOCOS (otra vez si) Esto …. Esto se me va de las manos, Mónica como me la lía.

La segunda reacción está ligada al pequeño Zyon, la parte racional me tuvo pensando todo el viaje de vuelta: “Que esto no es una broma, esto no va a parar, y que no tengo ni idea de nada.

Soy una persona, que evalúo mucho todo, doy muchas vueltas, y tengo la necesidad de tener siempre un plan B, pero esta ocasión me pilló totalmente a traspiés, me tire al vacío sin red.

Y como no, pues lo comentas con compañeros y amigos y cada uno da su opinión y debatimos y hablamos y mi círculo de amigos llego a la conclusión que Mónica estaba más “pallá que pacá”.

SPOILER!! (voy a ponerme spotify , una lista de pianos que tenemos para alinear neuronas, aquí empieza lo DURO.)

Va pasando el tiempo y van sucediendo cosas, conoces a gente, hablas, Mónica que me contaba y mostraba todo lo que encontraba en internet, y me empezaba a sentir con demasiada información. En realidad, hoy creo que no quería formar parte de ese proceso. Era como si me quisiera desconectar de aquello.

Durante este tiempo se produjo una elección. Fue una difícil elección para mí, yo tenía que estar del lado de mi mujer o en contra.

Si os digo la verdad pura, no recuerdo casi nada de algunas reuniones de El Parto es Nuestro, solo que desde la tercera, ya no me temblaban las piernas al salir, ya sabía algunas cosas, y tenía interés en saber datos.
Datos Datos Datos quiero Datos! .
Como puedo evaluar un hospital sin tener datos.
Un hospital que a una pareja le había ido “bien” a otra no tanto o mal.
Joooddd que difícil!

He de decir que mi agradecimiento a es infinito, hacen lo que hacen por amor, porque algunas cosas cambien, y porque se respete, solo eso RESPETO. De verdad escuchar algunas narraciones allí me revolvía el interior y otras me llenaban de paz (más de lo primero que de lo segundo). Pero sobre todo me gustaba que las personas que van, no van forzadas, van por que quieren compartir y eso es maravilloso. Ahora seremos nosotros los que pasemos de oyentes a ponentes y estoy deseando que llegue ese momento.

Recuerdo que en algún momento del embarazo salió el término “Mujeres Sabias”. Y que siempre pensaba, pfff más mierdas de partos, hasta que un día Mónica me dice “Sabes que vienen a una feria cerca de casa. Podíamos ir”.

Sabéis lo que significa ¿no?
Ese día aprendí que no debes discutir con una embarazada.
Estaba ya realmente saturado de información, Con esa sensación de “cómo me hable de bebes, cojo la puerta y me voy “. Pero al final, vamos a calmarnos. Vayamos, ¿qué puede pasar?

Llegamos a la feria, buscamos el stand y PUM!!! OSTRIS! Que hay fotos de gente pariendo en su casa, EN SU CASA!!!!! Pero que mier….. que hago aquí / que hacemos aquí ???
No no no, esto no está nada nada bien y mientras estaba en shock al ver una foto de una mujer en su bañera con su bebe, nos recibe GEMMA, que empieza a hablar con Mo (ya habían hablado ellas por lo visto) y nos empezó a dar información, más bien a Mo porque yo estaba en plan (por dios si existen los agujeros negros que se abra uno y me lleve, o marcianos … me da igual, pero no quiero estar aquí. No quiero abrir esa puerta también.)

Saludamos brevemente a MARTA que también estaba por allí y nos vamos que empieza la charla y hay que verla, (YO NO QUERIA IR, NO QUERIA!) hubiera estado encantado de hacer de maniquí espantapájaros con tal de no pisar ese aula.
Pero no hubo suerte nadie quería un maniquí.
A los pocos minutos de empezar, recuerdo que Mo me pidió que fuera a buscar agua por que tenía mucho calor, y salí del aula como si me hubieran liberado de un secuestro.
Escogí el camino más largo por donde volver a la feria, recorrí todos los puestos (pero sin prisa) buscando agua, busqué incluso en los puestos que vendían ropa, lo que fuera con tal de no volver allí o volver lo más tarde posible.
No encontré agua, así que le compré una tarrina de helado.

Vuelvo a entrar a ese infierno, con el helado que se derretía , y ostia! todavía están presentándose ?????
Esta gente cobrará por horas por que vamos …

Me resigné, y ella estaba muy interesada (muy de mucho) y, que podía hacer yo? Pues aguantar el tirón.

Si amigos que todavía seguís leyendo esto, otra puerta se abría aún más descabellada de todo lo anterior. Se podía parir en casa.
PFFFFFFFFFFFFFF. Boh ¡ Buh! Crash ¡ PUM! CLISH! Yo que se ….
No me jodas (pensé), Conociendo a Mónica esto … esto … pfffff ya verás.

YO NO QUERIA UN PARTO EN CASA, pero tampoco quería Pelearme con nadie, y tampoco quería fallar a MO.

¿Os imagináis no?
Durante un tiempo (conforme avanza el embarazo e íbamos a reuniones de El parto es nuestro, preguntábamos a amigos y tal) estuvimos pensando, en serio qué significado tiene parir en hospital público, parir en privado, o jugar a otra cosa.
Estábamos poniendo opiniones encima de la mesa y hablando, sin juzgar sobre que quería ella y que quería yo.

Y después de estar así varias semanas, y de que las tripas se me revolvieran cada vez que pensaba en el parto, el pequeño Zyon dio su golpe maestro.
En uno de mis momentos de cuarto de baño, que es cuando mis neuronas se alinean. Me deje llevar, para poder comprender.
Al final yo hombre decidí, que era ella quien tenía que decidir, que esa decisión no era mía, y era luchar contra algo que me superaba y que no conseguía entender.
Pero si algo valoro de Mónica, es que es capaz de llevar adelante cualquier idea loca, sola o acompañada, y que yo no podía dejarla sola. Así que dejo de luchar contra algo más grande que yo y dime que puedo hacer por ti.

En ese momento, cuando me abandoné a las ideas de Mónica comprendí que
había decidido RESPETAR.

Así que tome la decisión que tome ella, yo estaré allí (si mis nervios lo permiten).

Yo tengo la suerte de conocer a alguien que ha tratado con Mujeres Sabias en un momento concreto y sin dar directamente la noticia hablaba con él y escucharlo era ver a una persona que se le iluminan los ojos ( yo no lo podía entender ).

Siempre que intentaba acercarme a “Natural” me llovían ostias por todos los lados.
He intentado plantear todo tipo de teorías un poco para obtener la aprobación de mi entorno, como necesitando una vía de aire que me dejara respirar ante tantas emociones. Pero ha sido imposible. Ni con datos, ni con datos abrumadores, nada ha hecho que alguien me diera ese aire, me he sentido totalmente incomprendido. Hasta que decidí dejar de intentarlo, a cada persona que me preguntaba les decía lo que querían oír, “que en el hospital por supuesto”, “no tenemos claro el hospital todavía”.
Incluso un par de semanas antes seguíamos “indecisos” y la gente se extrañaba. Prefería sentirme un forajido camuflado, que recibir todos los males y miedos de la gente por el hecho de no querer, pararse y pensar un segundo o escuchar simplemente una decisión firme. Gracias El Parto es Nuestro por hacer eso posible!. Es increíble como puedo valorar más la opinión de personas desconocidas para mi antes que a mis amigos.

Conocimos mejor el trabajo de las Mujeres Sabias.
Hablamos, buscamos información, vimos videos, y nos presentamos en un curso de preparación al parto que organizaban, de forma intensiva en un fin de semana.

Después de pasarlo realmente bien, de conocer a gente maravillosa que pensaba de una manera abierta, y de saber y conocer cómo trabajan Marta y Gemma, Llegó EL DATO. El dato que cambio mi forma de verlo todo, el dato que hizo que los cliks, pums, y crash se callaran. Nos dijeron la tasa de hospitalizaciones que se hacen, cuando haces parto en casa con ellas.

Ese fin de semana, ese domingo por la tarde volviendo a casa, los dos en el coche flipándolo con lo que habíamos vivido y con ese dato, cambió todo, la pirámide se invirtió. Llevo 39 años creyendo algo que es FALSO, y yo lo puedo decir, porque lo he experimentado y visto con mis ojos. A partir de ese domingo noche NO concebía otra forma de que nuestro bebe llegara al mundo que no fuera con un parto en casa “profesional”.

Pero yo NO quería un parto en casa!
¡MENTIRA!, Lo que no quería es ver a mi pareja sufrir, quería que fuese lo que ella quisiese, y Mujeres Sabias eran el vehículo a través del cual los deseos de Mónica se podían hacer realidad. Y creedme, escucharlas hablar, ver cómo interactúan, conocerlas, saber quiénes son, de donde vienen, por qué hacen lo que hacen, y para mí lo más importante, saber que NO son dos locas que te llevan a una montaña allí dejada de la mano de dios, me hacían sentir bien, muy bien.
Son dos PROFESIONALES, Matronas colegiadas de verdad, con las cosas muy claras, y una política de empresa muy clara.

Se puede hacer, pero …

Los peros los superábamos, mi casa cumplía, vivimos a una distancia de un hospital valida. Y entendíamos que al mínimo problema nos íbamos al hospital.
Entendimos que esa opción, nos llenaba a los dos, a mí me daba la tranquilidad de confiar en personas que aman su trabajo y saben lo que hacen, y a Mo le han dado todas las herramientas para que pudiera ser así.
Mónica tenia lo que quería. Yo tenía lo que quería. ¡APARECIÓ LA MAGIA!

Todo sigue su curso, llegamos a la semana 40 y nuestra lenteja pesa 3.5kg y según todos los números está para salir.

Aquí entra en escena nuestra Ginecóloga Mª José (un 10), quien desde que le comentamos la opción de parir en casa, no puso una cara rara, no nos hundió con problemas, no nos juzgó. Simplemente se interesó y nos acompañó dentro de lo que ella podía hacer, trabajando para un centro privado.

Pasan los días, la gente se pone nerviosa porque no viene, y al final nosotros también estábamos ya empezando a necesitar que pasará algo.
Marta y Gemma, ya estaban en contacto con nosotros, ya estábamos en la autopista, recorriendo un camino que para ser sinceros no veíamos el final.
Tanto es así que llegamos a la semana 41, con ya el miedo en el cuerpo.
Yo al menos me veía con un parto intervenido, y aunque, si tenía que ser así no me hubiera importado, me molestaba el hecho de ver todo el trabajo que dejábamos atrás abandonado por que alguien decía que tenía que salir ya.

Y las MAGAS hicieron su magia, “desconectad del mundo, haced lo que queráis, sed felices vosotros, y confiad, el pequeño está más cerca y llegará”.
El conjuro era que dejáramos al cuerpo hacer lo que tiene que hacer, que no generemos Adrenalina si no Oxytocina.
Al fin y al cabo, que nos quisieramos.

Sabéis, fuimos a comer un chocolate con churros, fuimos al cine, paseamos, nos miramos, nos reímos y nos besamos, incluso bailamos, bailamos nuestra canción de boda, lo hicimos aquí, en mi casa con nuestras perritas y en nuestro salón casi preparado para recibir al bebe.

Cosas tan simples y cotidianas que llevábamos años sin hacer. Nos tuvimos el uno al otro, sin interrupciones, sin distracciones.

Y la maquina comenzó a latir.

A la mañana siguiente, a las 5 Mónica empieza a vibrar, el cuerpo empieza a funcionar, la magia hace lo suyo, y sabéis, yo estaba tranquilo, sereno, expectante, silencioso pero presente, que ha sido una de mis grandes victorias de los últimos años, no tenía nervios, no tenía MIEDO.

Después de hablar con Marta y Gemma y medio confirmar que el proceso estaba en marcha, decidimos acudir a la visita programada que teníamos con la ginecóloga para ver como afrontábamos la semana 41 de gestación.

Llego a la puerta del hospital, Mónica baja y entra por su propio pie, yo voy a aparcar. Al llegar yo 3 minutos más tarde, Mónica ya estaba dentro de la consulta y había ojos de cristal, María José, nuestra ginecóloga hizo su parte del show.
Fue RESPETUOSA, FUE AMABLE, sabéis, fue una amiga que nos confirmaba, con una mirada especial y una sonrisa que no voy a olvidar, que ese día, conoceríamos a nuestro bebe. Y lo hizo taaaannnn bien, que hay lágrimas en mis ojos ahora mismo.

El día 16 de enero fue el día que, volvimos a casa, apagamos los teléfonos, desconectamos internet, y bailamos, reímos y nos besamos. Decoramos la casa, preparamos velas, y yo me centré en la tarea que me habían encargado Mujeres Sabias, ser el chico de Logística. Porque esa era mi función, que todo lo que ellas necesitaran estuviera disponible, mi coche con gasolina y mantas. Y el ambiente que Mónica hubiera escogido estuviera a su gusto. Y así fue, eso hice, como en los viejos tiempos, preparar un escenario para que la magia funcionara en su interior, para que nuestro bebe pudiera tener su show.

Al caer la noche las contracciones volvieron esta vez para quedarse, nosotros estábamos tranquilos, mirándonos entre contracción y contracción.
Nuestra perrita Lula se acercó a Mónica y muy respetuosa la miro, y sin mediar gesto se apartó hacia su lugar de descanso junto a nosotros en el comedor, su hermana estaba allí también.

La comunicación con Marta y Gemma fue durante todo el día fluida, intercambio de mensajes y grabaciones de voz. Sabéis no estaban en lo físico, pero estaban allí con nosotros, así lo sentíamos.

Hasta que a las 22:43 del día 16 de enero mi mensaje fue: “Hola chicas , Moni está entrando en trance”

Y entonces la maquinaria empezó a funcionar, llegó primero Marta quien desplego el arsenal de maletas que salían del armario de Narnia en la parte trasera de su coche en mi patio, y como si me lo estuviera inventando ahora pero os juro que no es así, al entrar en mi casa para ver a Mónica y saludarla, Mónica rompió aguas.

Cuando Marta entró en mi casa yo estaba ya flotando, flotando pero consciente, flotando pero flipando, y flotando pero tranquilo.

No voy a contar nada más, no voy a describir el parto, porque no quiero romper la magia para otras personas. Aquí escribiría otro libro con secuela seguramente, pero sí quiero decir, que ver a Marta y Gemma trabajar es ver al ilusionista que saca una paloma de un bolsillo, es flipar en un show del circo del sol, es ver un reloj funcionar por dentro, en perfecta sincronía, con maestría, con respecto, Y CON AMOR, con el amor de las personas que aman lo que hacen, con el amor que ves en sus ojos y sus caras de traer una vida al mundo. Yo no sé cómo me veían ellas a mí, pero sé que cada vez que miraba a Marta, solo veía una sonrisa enorme en unos ojos que me daban paz. En algún momento mi casa explosionó oxytocina y las paredes se han movido varios centímetros hacia fuera (espero no pagar más IBI por ello).

Mi bebe nació a las 3:15 en un cuarto de baño de 3×2 con una lavadora por medio y con dos mujeres sabias tiradas en el suelo, y nació CON SEGURIDAD, nació donde él quiso nacer, nació cuando quiso nacer, nació rodeado de quien le quiere, y nació en un ambiente de AMOR.

Estoy sumamente orgulloso de que las primeras manos que tocaron a nuestro bebe fueran las de Marta. Estoy sumamente agradecido por el trato recibido por ellas.
Ahora mismo, Marta y Gemma para mí, son familia. Porque han cuidado de Mónica desde el principio, han hecho lo mejor por ella y por nuestro bebe, y lo han hecho con nosotros.

Y sabéis no han venido los extraterrestres, ni se han abierto agujeros negros, ni nos han detenido la Policía (como he llegado a oír), ni me ha pasado ninguna catástrofe, que podría haber pasado, pero el cuerpo humano a veces es sabio y desde luego ellas hicieron MAGIA.

Para terminar, quiero decir que esto ha sido posible porque había un hospital cerca, es imprescindible entender esto, si algo hubiera ido regular, HUBIERAMOS IDO AL HOSPITAL.

Quiero decir que me sabe muy mal haber hecho sufrir a gente a la que quiero con la noticia del parto en casa, pero era nuestra elección, y después de todo este rollo espero que entendáis que el RESPETO es fundamental.

Quiero decir a quienes estéis en un punto caliente del embarazo que, elijáis con el corazón lo que realmente queréis vosotros y NO lo que quieren los demás.
Es imprescindible que la elección que toméis sea la correcta.
Yo elegí respetar, pero os lo juro si 5 meses atrás me cuentas que voy a tener este final, me pinchas y no sale sangre. Era inconcebible, imposible, antes prefería marcharme y dejarlo todo, TODO, que tener esto.

Y también quiero decir que la protagonista, es Mónica.
Así poco a poco me ha moldeado como hace ella, en la sombra, pero decidida, en la sombra, pero firme, en la sombra, pero presente.

La Heroína ( droga o Superhéroe ) ha hecho que el universo girara alrededor de lo que ella quería, y superando problemas, saltando obstáculos, investigando, leyendo, ha conseguido que nuestro pequeño, desde el segundo 0 esté rodeado de AMOR.

La labor de Mónica, el día del parto no la puedo describir, no sé por dónde empezar…

Ahora mismo me siento taaaaan pequeño al lado de ella, que me intimida.
Ahora agradezco que me llevara a El Parto es Nuestro.
Ahora agradezco que me obligara a ir a la feria.
Agradezco que tenga estas ideas de loca y pueda demostrar que tiene razón.
Por ella y por todos los que alguna vez han sentido algo así escribo estas líneas.
Porque quiero que todo el mundo sepa que ella tenía razón y que tuve una suerte increíble cuando me abandoné a sus ideas, cuando cedí. Porque poca gente puede tener una experiencia así, y yo, nosotros hemos sido uno de ellos.
Y además de heroína, Mónica es la droga que hace que todo funcione y fluya.

Gracias a quienes nos metían el miedo en el cuerpo, porque nos hacían más fuertes.
Gracias Mo Ni Ka, por hacer esta realidad presente.
Gracias Lula, por cuidar incondicionalmente.
Gracias El Parto es Nuestro, en Elche, por hablar y mostrar una realidad.
Gracias María José, por demostrar que todavía hay gente buena en el mundo.
Gracias Gemma, y Perdóname. Me trago mis palabras MIL VECES. Ahora entiendo todo.
Y Marta, pffffff , Un Gracias se me queda corto, voy a marcar el día que nos vimos en lo alto de una montaña a tomar viento de mi casa, y nos mostraste lo que hacéis, con palabras directas, y sin escondites. Gracias es poco … muy poco…
Y Si, lo volvería a hacer sabiendo que es con SEGURIDAD. Sabiendo que es RESPETADO. Pero sobre todo, sabiendo que Mujeres Sabias, Nacimientos Acuarianos volverán a mi casa, su casa, cuando así suceda.

22 de Enero de 2018.
NOTA:. La fotografia refleja la realidad. Asi fué. Lula, Marta y Gemma.

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