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El nacimiento de Manel

 In parto en casa, parto natural, Testimonios

Recuerdo aquel día en que Enrique, mi ginecólogo, hablando de las experiencias de mis anteriores partos me comentó  la posibilidad de la dilatación en casa.

Yo sabía que quería dar a luz en un hospital, pero no quería pasar por algunas de las situaciones que viví en el nacimiento de mis dos hijas.  Fue entonces cuando nos pusimos en contacto con Gemma para informarnos y decidir. Después de hablar con ella todas las veces que necesitamos para aclarar dudas nos decidimos por la dilatación en casa. Fue a partir de ese momento cuando muchos de mis miedos desaparecieron y entonces me relajé… Tener a Gemma cerca y al otro lado del teléfono siempre que la necesitaba me dio mucha tranquilidad y confianza.

Y llegó el gran día… Me levanté por la mañana y sentí, como en mis anteriores partos, que la bolsa se había roto y perdía un poco de líquido. Así que la llamé y pronto vino a casa a escuchar al bebé… Y así estuvimos durante todo el día, tranquilos en casa, esperando la llegada de Manel, sin prisas y con una profesional al lado que nos aclaraba todas las dudas y miedos que nos surgieron en el transcurso de un momento tan importante y especial como es el nacimiento de un hijo.

Llegó la tarde y las contracciones iban siendo más rítmicas, pero todavía suaves, así que para no pasar más horas de las recomendadas con la bolsa de líquido rota Gemma me sugirió que podíamos probar a poner algo de acupuntura… ¡Y sí, funcionó!  No sé se sería por la acupuntura o porque se acercaba la noche, pero las contracciones se fueron haciendo cada vez más rítmicas e intensas. A las pocas horas la estaba llamando para que viniera a casa, sentía que se acercaba el momento.dilatación en casa

Y así fue, cerca de la media noche llegó y viendo como me encontraba me hizo el primer tacto, había dilatado 3 centímetros, ya estaba de parto… Y decidí que quería salir hacia el hospital. Salimos sobre las doce de la noche,  el viaje fue intenso, con contracciones cada vez más frecuentes y más fuertes, pero tener a Gemma al lado me ayudó a estar más serena y disfrutar de cada momento. Por fin llegamos a urgencias, yo con muchas ganas de entrar, sentía que Manel estaba a punto de nacer.

A partir de ese momento todo fue muy rápido, recuerdo entrar sola y decidida, me despedí de Gemma y de mi pareja solo con una mirada… Entré a la consulta y ya había dilatado 8 centímetros, no me lo podía creer, Manel estaba a punto de nacer…  Una vez en el paritorio no dio tiempo a mucho, recuerdo subir a la camilla y al poco tiempo ver entrar a mi pareja…

Las contracciones eran ya tan intensas que las comadronas se preparaban ya para recibir a Manel como yo siempre había querido,  sin  largas esperas acostada en la camilla enganchada al monitor y con las mínimas intervenciones posibles. Antes de las dos de la mañana tenía a Manel entre mis brazos, estábamos muy felices…  Parecía como un sueño.

Al día siguiente Gemma vino a visitarnos y todavía no podíamos creer lo bien que había ido todo.

Muchas gracias Gemma por tu apoyo y ayuda, por tus consejos, por tu compañía, por estar siempre tan cerca. A Enrique y a ti siempre os tendré en un rinconcito de mi corazón.

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